Cada vez que se habla de José Madero es inevitable no acompañarlo de una increíble trayectoria, sobre todo en su camino en la industria como solista.
Pues grandes producciones como Alba, Psalmos, Giallo respaldan porque es hoy considerado, uno de los cantautores más importantes en México.
Y esta vez no es la excepción, ya que en esta nueva entrega Sarajevo nos muestra lo que se puede hacer cuando no tienes miedo a explorar las emociones hasta sus rincones más oscuros. Acompañados de una musicalidad que es capaz de situarse inmediatamente en cada historia contada en este disco.
Son doce sencillos, donde José Madero junto a una banda sonora que lleva su sello característico, pero también una peculiar manera de trabajar en guitarras e incorporación de nuevos ritmos noventeros, nos dirige a experiencias que culminan en catarsis emocionales.
Miedo, dolor, ansiedad, erotismo, belleza, horror, amor, desapego, coraje, impotencia, tristeza, valentía, son cosas que solo un artista como él, puede juntar en un solo álbum, incluso en una sola canción, si escuchas a detalle todo el trabajo musical y en las composiciones, pues una nunca funciona sin la otra.
Un ejemplo de lo que te he venido relatando es que el disco maneja distintas temáticas en cada sencillo.
Como en Gardenias ‘87, donde un “te quiero” se convierte en toda una osadía entorno a lo que alguien te hace sentir cuando se convierte en todo tu mundo.
“Lo suyo es brillar, hace brillar la mierda, hace que valga la pena salvar, este horrible lugar, no lo puede apreciar ¿acaso es tan ciega?, la decadencia nomas no le va… no lo puede apreciar”
O que tal Erase una bestia, una melodía en donde se hace a un lado lo romántico y nos relata de manera directa el deseo puramente carnal por otra persona, abandonando la idea involucrar realmente el corazón, y simplemente entregarse.
«Hoy mi corazón también se oscureció, pero no le llamaría luto
hoy mi corazón del cansancio se durmió, pero no le llamaría susto, tiene pulso…
Perdí mi corazón, aquí en la habitación, como quiera no le daba uso
no ha salido el sol, ya habrá otra ocasión.
En Rey Ahogado junto a el cantante venezolano Lasso, se nos relata lo vulnerable que se convierte el artista al ser autor de sus propias vulnerabilidades sobre el escenario, y como el público abraza el sufrimiento real del interprete.
«Que fácil es que mi catarsis sea un medio de entretener
yo aquí estaré para siempre
Odio la fragilidad, me quiebro fácil al cantar»
Así, uno a uno podría relatarte en esta reseña, pero prefiero que por tu cuenta escuches en carne propia las sensaciones de este álbum.
No sin antes hacer mención de Luciérnaga, uno de los temas más poderosos de este compilado.
En este mismo se relata la historia de una madre, junto a la voz de José Madero, el dolor de perder a una hija en un país lleno de violencia, misoginia y machismo. Un tema en forma de protesta que te pondrá la piel chinita y dejará un nudo en la garganta ante la impotencia, coraje y frustración de saber que es una realidad que aqueja a muchas familias en el país.
«Grítale a Dios, nos tiene olvidados
Tal vez esté un poco cansado
O chance, como la tuya, su luz murió
La autoridad no se ha presentado
Sigue con vida ese bastardo
Si ellos te ignoran, juro que lo haré yo»
Esto es Sarajevo, una introspección a lo más profundo del ser. Desde lo más trivial y banal, hasta aquello que nos motiva a caminar todos los días.
Por miles de años la constante platica entre filósofos por definir la belleza más allá del arte ha sido un debate sin fin.
El día de hoy con Sarajevo no tengo la definición de la palabra, sólo se que radica en aquello que te hace sentir sin tocarte, ni siquiera mirarte.
La música de José Madero para muchos es eso, sólo que acompañada de un ingrediente que sólo él sabe manejar a la perfección, encontrar el horror en lo más sensible.
Deja una respuesta